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Neque adipiscing an cursus

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Litora torqent per conubia

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Praesent libro se cursus ante

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© Copyright -2024 Centro Quiropráctico Anglo Americano

Algunos aspectos clave de la quiropraxia para personas mayores incluyen:

  1. Evaluación cuidadosa: Los quiroprácticos geriátricos realizan una evaluación completa para comprender la salud musculoesquelética del paciente, teniendo en cuenta condiciones médicas preexistentes, historial de lesiones y otros factores.
  2. Ajustes suaves: Se utilizan técnicas de ajustes más suaves y adaptadas a la sensibilidad de los pacientes mayores. Esto puede incluir métodos manuales suaves, instrumentos de baja fuerza o técnicas específicas diseñadas para la población geriátrica.
  3. Enfoque en la movilidad: La quiropraxia geriátrica se centra en mejorar la movilidad y la función articular para ayudar a mantener la calidad de vida y reducir la rigidez y la incomodidad.
  4. Tratamiento de afecciones comunes: Se abordan problemas musculoesqueléticos comunes en personas mayores, como la osteoartritis, la degeneración discal y el dolor de espalda, utilizando enfoques adaptados.
  5. Colaboración con otros profesionales de la salud: Los quiroprácticos geriátricos a menudo trabajan en colaboración con médicos, fisioterapeutas y otros profesionales de la salud para proporcionar una atención integral y coordinada.
  6. Educación y asesoramiento: Proporcionan educación sobre el autocuidado, la postura adecuada y ejercicios suaves que los pacientes pueden realizar para mantener y mejorar su salud musculoesquelética.

Es fundamental que los quiroprácticos geriátricos tengan una comprensión completa de la salud y las necesidades únicas de los adultos mayores. La comunicación abierta entre el quiropráctico y el equipo médico del paciente es crucial para garantizar un enfoque integral y seguro del cuidado de la salud.

Algunos aspectos clave de la quiropraxia para deportistas incluyen:

  1. Evaluación y diagnóstico: Los quiroprácticos deportivos realizan evaluaciones detalladas para identificar áreas problemáticas, evaluar la biomecánica y determinar cómo las disfunciones pueden afectar el rendimiento y aumentar el riesgo de lesiones.
  2. Ajustes quiroprácticos: Utilizan técnicas específicas de ajustes articulares para corregir disfunciones en la columna vertebral y las articulaciones, lo que puede mejorar la movilidad y reducir la tensión muscular.
  3. Tratamiento de lesiones: Los quiroprácticos deportivos pueden trabajar en la rehabilitación de lesiones, ayudando en la recuperación y en la prevención de futuras lesiones.
  4. Optimización del rendimiento: Además de tratar lesiones, la quiropraxia para deportistas busca mejorar la función neuromuscular y la coordinación, lo que puede contribuir a un mejor rendimiento atlético.
  5. Asesoramiento sobre ejercicios y estiramientos: Los quiroprácticos deportivos pueden proporcionar pautas sobre ejercicios específicos y estiramientos que ayuden a fortalecer y flexibilizar los músculos y las articulaciones.
  6. Manejo del dolor: Ofrecen opciones de manejo del dolor no invasivas para aliviar molestias y mejorar la comodidad durante la actividad física.
  7. Prevención de lesiones: Trabajan con los atletas para identificar y abordar problemas biomecánicos antes de que se conviertan en lesiones graves.

Algunas situaciones en las que los padres pueden considerar la quiropraxia para bebés incluyen:

  1. Dificultades durante el parto: El proceso de parto, especialmente si es complicado, puede ejercer presión en la columna vertebral del bebé, lo que podría generar tensiones.
  2. Asimetría o plagiocefalia: Algunos bebés pueden desarrollar asimetrías en la cabeza o el cuerpo. Los quiroprácticos pueden trabajar para corregir estas asimetrías y aliviar la tensión.
  3. Problemas de lactancia: Si un bebé tiene dificultades para amamantar debido a problemas en la boca, cuello o mandíbula, algunos padres recurren a la quiropraxia como una opción complementaria.
  4. Irritabilidad o problemas para dormir: Algunos padres buscan la quiropraxia para ayudar a aliviar la irritabilidad o mejorar el sueño de sus bebés.

Algunos beneficios potenciales de la quiropráctica durante el embarazo incluyen:

  1. Alivio del dolor: La quiropráctica puede ayudar a aliviar molestias comunes asociadas con el embarazo, como dolor de espalda, dolor pélvico y molestias en las articulaciones.
  2. Mejora de la movilidad: Los ajustes quiroprácticos pueden ayudar a mejorar la movilidad y la función articular, lo que puede ser beneficioso durante el embarazo.
  3. Apoyo al bienestar general: La quiropráctica se centra en el sistema nervioso y puede ayudar a mejorar la comunicación entre el sistema nervioso y el resto del cuerpo.
  4. Preparación para el parto: Algunos quiroprácticos se especializan en técnicas que pueden ayudar a preparar el cuerpo de la madre para el parto, centrándose en la alineación pélvica y la movilidad.

Algunas consideraciones importantes:

  • Quiroprácticos especializados: Busca un quiropráctico con experiencia en el tratamiento de mujeres embarazadas. Pueden utilizar técnicas específicas y ajustes adaptados para el embarazo.
  • Comunicación con el equipo médico: Asegúrate de informar a tu obstetra sobre cualquier tratamiento quiropráctico que estés considerando. La comunicación entre tu quiropráctico y tu equipo médico es esencial para coordinar el cuidado.
  • Posiciones cómodas: Los quiroprácticos pueden utilizar almohadas y tablas de ajuste especiales para garantizar que la madre esté cómoda y segura durante el tratamiento.
  • Evitar ciertas técnicas: Algunas técnicas quiroprácticas, como la manipulación de alta velocidad y baja amplitud (HVLA), pueden no ser apropiadas durante el embarazo. Es crucial que el quiropráctico esté al tanto de tu condición y utilice técnicas seguras y suaves.

a mala postura se refiere a la posición del cuerpo que coloca una tensión adicional en las estructuras musculares y esqueléticas, lo que puede llevar a diversos problemas de salud. Mantener una postura adecuada es esencial para prevenir molestias y lesiones a largo plazo. Aquí hay algunas de las consecuencias y sugerencias para mejorar la postura:

Consecuencias de una mala postura:

  1. Dolor de espalda: La mala postura, especialmente cuando se mantiene durante períodos prolongados, puede causar dolor en la espalda baja, media o superior.
  2. Problemas de cuello: La inclinación constante de la cabeza hacia adelante debido a una mala postura puede provocar dolor y tensiones en el cuello.
  3. Dolor en hombros y caderas: La postura incorrecta puede contribuir a la tensión en los hombros y las caderas.
  4. Dolor de cabeza: La tensión en los músculos del cuello y la cabeza debido a una mala postura puede desencadenar dolores de cabeza.
  5. Fatiga y falta de energía: Mantener una postura inadecuada puede requerir más esfuerzo muscular y aumentar la fatiga.

Sugerencias para mejorar la postura:

  1. Ergonomía en el trabajo: Asegúrate de que tu lugar de trabajo esté configurado de manera que tu escritorio, silla y monitor estén a una altura adecuada para mantener una postura neutral.
  2. Posición al sentarse: Siéntate con la espalda recta, los pies en el suelo y las rodillas a la altura de las caderas. Utiliza un cojín lumbar para apoyar la curva natural de la espalda baja.
  3. Pausas y estiramientos: Si trabajas en una posición estática durante mucho tiempo, toma descansos regulares para levantarte, estirarte y cambiar de posición.
  4. Ejercicios de fortalecimiento: Realiza ejercicios específicos para fortalecer los músculos del núcleo, la espalda y los hombros.
  5. Conciencia postural: Presta atención a tu postura durante las actividades diarias. Mantén los hombros hacia atrás, la cabeza erguida y el abdomen contraído.
  6. Almohadas y colchones adecuados: Asegúrate de que tu colchón y almohadas sean adecuados para mantener la alineación adecuada del cuerpo mientras duermes.
  7. Calzado apropiado: Elige zapatos que ofrezcan un buen soporte y que promuevan una alineación adecuada del cuerpo.

Si experimentas molestias debido a una mala postura o si tienes preocupaciones sobre tu postura, considera consultar a un profesional de la salud, como un fisioterapeuta o un quiropráctico. Ellos pueden proporcionar orientación específica y ejercicios para mejorar tu postura y prevenir problemas futuros.

La artrosis, también conocida como osteoartritis, es una enfermedad degenerativa de las articulaciones que afecta principalmente al cartílago, el tejido que recubre las superficies de las articulaciones. Es una de las formas más comunes de artritis y puede afectar a cualquier articulación del cuerpo, pero con mayor frecuencia afecta las articulaciones de las manos, rodillas, caderas y columna vertebral.

Las características principales de la artrosis incluyen el desgaste gradual del cartílago, cambios en los huesos subyacentes y la formación de espolones óseos. A medida que la enfermedad progresa, los síntomas pueden incluir:

  1. Dolor: Generalmente, el dolor se experimenta durante o después del movimiento de la articulación afectada.
  2. Rigidez: Especialmente por la mañana o después de períodos de inactividad, la articulación puede sentirse rígida.
  3. Inflamación: Puede haber hinchazón y sensibilidad alrededor de la articulación afectada.
  4. Limitación del movimiento: A medida que la enfermedad avanza, la capacidad de mover la articulación puede disminuir.
  5. Crepitación: Puede producirse un sonido crujiente o rechinante durante el movimiento de la articulación.

Las causas exactas de la artrosis no siempre son claras, pero factores como la edad, la genética, la obesidad, lesiones articulares previas, y el desgaste y estrés repetitivo en las articulaciones pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad.

El tratamiento de la artrosis se centra en aliviar los síntomas y mejorar la función articular. Las opciones de tratamiento pueden incluir:

  1. Medicamentos: Analgésicos, antiinflamatorios no esteroides (AINE), y en algunos casos, medicamentos para modificar la progresión de la enfermedad.
  2. Fisioterapia: Ejercicios específicos pueden ayudar a fortalecer los músculos alrededor de las articulaciones y mejorar la movilidad.
  3. Pérdida de peso: Si es necesario, perder peso puede reducir la carga sobre las articulaciones afectadas, especialmente en las rodillas y las caderas.
  4. Terapia ocupacional: Proporciona estrategias para realizar actividades diarias con menos estrés en las articulaciones.
  5. Cirugía: En casos severos, puede considerarse la cirugía para reparar o reemplazar la articulación dañada.

Es fundamental buscar la orientación de un profesional de la salud para recibir un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado. La gestión temprana y adecuada de la artrosis puede ayudar a mejorar la calidad de vida y reducir la progresión de la enfermedad.

El dolor de cabeza, también conocido como cefalea, es una sensación de dolor o molestia en la cabeza o en la parte superior del cuello. Hay varios tipos de dolores de cabeza, y las causas pueden variar. Aquí hay algunas de las causas comunes y algunas sugerencias generales para el manejo:

  1. Tensión muscular: La tensión en los músculos del cuello y la cabeza debido al estrés o la mala postura puede provocar dolores de cabeza tensionales.
  2. Migrañas: Las migrañas son dolores de cabeza recurrentes que a menudo van acompañados de síntomas como náuseas, sensibilidad a la luz y al sonido.
  3. Cefaleas por rebote: Ocurren como resultado del uso excesivo de medicamentos para el dolor, como analgésicos o medicamentos para la migraña.
  4. Sinusitis: La inflamación de los senos paranasales puede causar dolor en la frente o en la parte superior de la cabeza.
  5. Fatiga ocular: Mirar pantallas de computadoras o dispositivos móviles durante largos períodos puede provocar dolores de cabeza por fatiga ocular.
  6. Desencadenantes alimentarios: Algunas personas pueden experimentar dolores de cabeza debido a ciertos alimentos o bebidas, como la cafeína, el chocolate, los quesos o el alcohol.

Sugerencias para el manejo general del dolor de cabeza:

  • Descanso: Asegúrate de dormir lo suficiente y descansar, especialmente si la causa está relacionada con la fatiga.
  • Hidratación: Mantente bien hidratado, ya que la deshidratación puede ser un factor desencadenante.
  • Relajación: Practica técnicas de relajación como la meditación, la respiración profunda o el yoga para reducir el estrés.
  • Ejercicio: La actividad física regular puede ayudar a prevenir los dolores de cabeza y mejorar el estado de ánimo.
  • Evitar desencadenantes: Identifica y evita posibles desencadenantes, como ciertos alimentos, luces brillantes o factores de estrés.
  • Medicamentos: En casos de dolor de cabeza moderado a severo, los analgésicos de venta libre o recetados según las indicaciones del médico pueden ser útiles.

Es importante buscar atención médica si los dolores de cabeza son persistentes, graves o acompañados de síntomas preocupantes. Un profesional de la salud puede ayudar a determinar la causa subyacente y desarrollar un plan de tratamiento adecuado.

La lumbalgia se refiere al dolor en la región baja de la espalda, específicamente en la zona lumbar de la columna vertebral. Es una de las causas más comunes de dolor de espalda y puede afectar a personas de todas las edades. La lumbalgia puede ser aguda (de corta duración) o crónica (persistente a lo largo del tiempo).

Las causas de la lumbalgia pueden variar y pueden incluir:

Esfuerzo muscular o distensiones: Levantar objetos pesados, realizar movimientos bruscos o mantener una postura inadecuada pueden causar tensiones en los músculos de la espalda baja.
Hernia discal: Un desplazamiento del material del disco intervertebral que puede presionar los nervios en la región lumbar.
Artrosis o degeneración de los discos intervertebrales: El desgaste natural de los discos con el envejecimiento puede contribuir a la lumbalgia.
Estenosis espinal: Un estrechamiento del canal espinal que puede comprimir los nervios y causar dolor.
Lesiones o traumatismos: Golpes, caídas u otros tipos de lesiones pueden provocar dolor en la espalda baja.
Condiciones médicas subyacentes: Enfermedades como la artritis, la osteoporosis o las infecciones pueden afectar la espalda baja.

Los síntomas de la lumbalgia pueden variar desde molestias leves hasta un dolor intenso y pueden incluir rigidez, dificultad para moverse y, en casos más graves, entumecimiento o debilidad en las piernas.

El tratamiento para la lumbalgia dependerá de la causa subyacente y la gravedad de los síntomas. Puede incluir:

Medicamentos: Analgésicos, antiinflamatorios no esteroides (AINE) o relajantes musculares.
Fisioterapia: Ejercicios y técnicas para fortalecer los músculos y mejorar la flexibilidad.
Descanso y cambios en el estilo de vida: Evitar actividades que empeoren el dolor y adoptar una postura y ergonomía adecuadas.
Tratamientos adicionales: Terapias alternativas, como la acupuntura, pueden ser consideradas en algunos casos.

Si experimentas lumbalgia persistente o grave, es fundamental buscar la atención de un profesional de la salud para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado. El tratamiento temprano y adecuado puede ayudar a aliviar los síntomas y prevenir complicaciones a largo plazo.

Dolor que se extiende a lo largo del nervio ciático, desde la espalda baja hasta una o ambas piernas.
Suele ocurrir cuando una hernia de disco o un espolón en la columna vertebral presionan el nervio.
El dolor se origina en la columna vertebral y se propaga por la parte posterior de la pierna. La ciática generalmente se manifiesta en un solo lado del cuerpo.
Los analgésicos y la fisioterapia son los tratamientos más comunes.

La cervicalgia se refiere al dolor localizado en la región cervical de la columna vertebral, que es la zona del cuello. Este dolor puede ser agudo o crónico y puede tener diversas causas. Algunas de las causas comunes de la cervicalgia incluyen:

  1. Mala postura: Mantener una postura inadecuada durante períodos prolongados, como al trabajar en una computadora o al dormir, puede contribuir a la cervicalgia.
  2. Lesiones o traumatismos: Lesiones como latigazo cervical debido a accidentes automovilísticos, caídas u otros traumas pueden causar dolor en el cuello.
  3. Tensiones musculares: El estrés y la tensión emocional pueden provocar contracturas musculares en el cuello, causando dolor.
  4. Hernia discal cervical: Similar a la hernia discal lumbar, la hernia discal cervical implica un desplazamiento del material del disco que puede comprimir los nervios y causar dolor.
  5. Artrosis cervical: El desgaste de las articulaciones en la columna cervical debido al envejecimiento puede provocar dolor.
  6. Infecciones o inflamación: Infecciones en la garganta, la columna vertebral o inflamación de las articulaciones pueden contribuir a la cervicalgia.

El tratamiento de la cervicalgia puede incluir:

  • Medicamentos: Analgésicos, antiinflamatorios no esteroides (AINE) o relajantes musculares pueden ayudar a aliviar el dolor y reducir la inflamación.
  • Fisioterapia: Ejercicios específicos y terapia física pueden fortalecer los músculos del cuello y mejorar la movilidad.
  • Compresas frías o calientes: Aplicar calor o frío puede ayudar a aliviar el dolor y reducir la inflamación.
  • Descanso y cambios en la postura: Evitar actividades que agraven el dolor y adoptar una postura ergonómica puede ser beneficioso.
  • Tratamientos adicionales: En algunos casos, se pueden considerar tratamientos como la acupuntura o la quiropráctica.

Es importante que consultes a un profesional de la salud si experimentas cervicalgia persistente, especialmente si va acompañada de otros síntomas como debilidad, entumecimiento o dolor que se irradia hacia los brazos. El diagnóstico adecuado permitirá un plan de tratamiento más preciso y efectivo.

La lumbalgia se refiere al dolor en la región baja de la espalda, específicamente en la zona lumbar de la columna vertebral. Es una de las causas más comunes de dolor de espalda y puede afectar a personas de todas las edades. La lumbalgia puede ser aguda (de corta duración) o crónica (persistente a lo largo del tiempo).

Las causas comunes de la lumbalgia incluyen:

  1. Esfuerzo muscular o distensiones: Pueden ocurrir debido a levantar objetos pesados de manera incorrecta, realizar movimientos bruscos o tener una postura inadecuada.
  2. Hernia discal: Como mencionado anteriormente, una hernia discal en la región lumbar puede comprimir los nervios y causar dolor.
  3. Artrosis o degeneración de los discos intervertebrales: Con el envejecimiento, los discos intervertebrales pueden desgastarse y causar dolor en la espalda baja.
  4. Estenosis espinal: Un estrechamiento del canal espinal que puede comprimir los nervios y causar dolor.
  5. Lesiones o traumatismos: Golpes, caídas o lesiones pueden provocar dolor en la zona lumbar.
  6. Condiciones médicas subyacentes: Enfermedades como la artritis, la osteoporosis o las infecciones pueden afectar la espalda baja.

El tratamiento de la lumbalgia depende de la causa subyacente y puede incluir:

  • Medicamentos: Analgésicos, antiinflamatorios no esteroides (AINE) o relajantes musculares pueden ayudar a aliviar el dolor.
  • Fisioterapia: Ejercicios y terapia física pueden fortalecer los músculos, mejorar la flexibilidad y aliviar el dolor.
  • Descanso y cambios en el estilo de vida: Evitar actividades que agraven el dolor y hacer ajustes en la postura y el ergonomía.
  • Cirugía: En casos graves o cuando otros tratamientos no son efectivos, puede considerarse la cirugía.

Si experimentas lumbalgia persistente o grave, es recomendable buscar atención médica para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado. El tratamiento temprano y adecuado puede ayudar a prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida.

La hernia discal es una afección médica que afecta los discos intervertebrales de la columna vertebral. Los discos intervertebrales son estructuras que se encuentran entre las vértebras y actúan como amortiguadores que proporcionan flexibilidad y permiten el movimiento de la columna vertebral. Una hernia discal ocurre cuando el núcleo pulposo, que es la parte gelatinosa del disco, se sale o se hernia a través de una fisura en la capa externa del disco, conocida como el anillo fibroso.

Esto puede provocar presión sobre los nervios cercanos, lo que resulta en síntomas dolorosos y a menudo afecta a la espalda baja (hernia discal lumbar) o al cuello (hernia discal cervical). Los síntomas comunes de una hernia discal pueden incluir:

  1. Dolor: Puede variar desde dolor leve hasta dolor agudo y punzante.
  2. Adormecimiento o debilidad: En la zona afectada, a menudo en una pierna o brazo.
  3. Hormigueo: Sensaciones anormales, como hormigueo o "alfileres y agujas".
  4. Alteraciones en los reflejos y la coordinación: En casos más graves, puede haber dificultades para caminar o realizar movimientos específicos.

El tratamiento para una hernia discal puede variar dependiendo de la gravedad de los síntomas. En algunos casos, se pueden utilizar enfoques conservadores como medicamentos, fisioterapia y cambios en el estilo de vida. En casos más graves o cuando los síntomas no mejoran con tratamientos conservadores, puede considerarse la cirugía para aliviar la presión sobre los nervios.

Si sospechas que tienes una hernia discal o estás experimentando síntomas relacionados, es crucial buscar atención médica para un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado. El tratamiento temprano y adecuado puede ayudar a aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.